Creemos que una de las razones que hace difícil sistematizar la innovación en las empresas, puede ser que, en realidad, innovar no trata tanto de “tener buenas ideas” como de plantear y plantearse las preguntas adecuadas, alrededor de cuestiones no evidentes. Y lo cierto es que no estamos preparados para ello. Desde pequeños nos educan para memorizar e interiorizar conocimientos, contenidos, saberes… antes que a desarrollar métodos con los que cuestionar lo existente y a desarrollar soluciones a medida.
Porque en las organizaciones, como en la vida, las preguntas son más importantes que las respuestas.
La innovación es un proceso que ocurre en entornos de riesgo, ambigüedad e incertidumbre. Es por ello que se debe de considerar el factor error, porque va a haber muchos baches en el camino. De hecho, sabemos que cuanto antes se cometa el error mucho mejor para el proceso de innovación.
Empatizar, reformular retos, idear, desarrollar conceptos, testear, implementar… forman parte de este círculo metodológico sin fin.
Y es que las personas, realmente, no tomamos decisiones de forma racional, sino afectados por toda una serie de elementos psicológicos y cognitivos que no controlamos, y que están vinculados al universo de las emociones. Por tanto, lo importante no son las ideas ni su ejecución, sino, sobre todo, la captura de información cualitativa de los usuarios, o de los stakeholders que nos interese analizar. Solo planteando preguntas poderosas, y a través de la escucha inteligente y la observación, seremos capaces de identificar las necesidades latentes, no explícitas, de las personas (o grupos de personas) analizadas.
Lo importante en innovación es el cuestionamiento y la formulación de retos de innovación adecuados.
Porque el esfuerzo se realiza en las tareas de cuestionamiento y de comprensión de los problemas de los stakeholders estudiados. Una vez se entienden realmente los problemas, las ideas fluyen como algo fácil.
¿Os parecen suficientes razones para aprender a platearse buenas preguntas?
Mario Benedetti (1920-2009) novelista, dramaturgo y poeta uruguayo que escribió sobre la vida, el amor y la lucha política. Escribía con una prosa coloquial y un humor punzante sobre personas de la clase media uruguaya y sus problemas diarios.