Esta cita trata sobre un tema crucial en el mundo de la empresa: La Procrastinación. Es un trastorno volitivo que tiene su raíz en la asociación de la acción por realizar con el cambio, el dolor o la incomodidad. Sentido de ansiedad generado por una tarea pendiente ante la que no se tiene suficiente fuerza de voluntad para concluirla. Se suele producir una auto-justificación de su aplazamiento idealizado, muchas veces enmascarado por lo urgente. En muchas ocasiones es usado como pretexto para evadir responsabilidades. Puede estar relacionado con un perfeccionismo extremo, o con el miedo al fracaso.
En realidad, esconde un problema de auto-regulación y de organización del tiempo. En el fondo, suele haber una conducta evasiva.
La Procrastinación nos afecta a todos en mayor o menor medida. Cuando procrastinamos, sentimos sensación de caos y de frustración, insatisfacción, inseguridad, inferioridad y estancamiento. Todo ello enmascarado, a veces, con un momentáneo sentimiento de alivio inmediato. Pero en este tema, como en todos, nuestra mente juega un papel crucial e interviene en nuestro desempeño.
Existe una norma que, bien aplicada, puede darnos los mejores resultados. Se trata de La Regla de Los Dos Minutos, de James Clear. Si una tarea requiere de menos de dos minutos, entonces hazla ahora mismo. Normalmente nuestras metas no pueden alcanzarse en menos de dos minutos, pero todas las metas pueden comenzar a realizarse en dos minutos o menos. Y realmente funciona para cualquier objetivo, por una simple razón: la ley de la inercia. Una vez que empezamos a hacer algo, es más fácil continuar haciéndolo. Y además, todas las cosas buenas ocurren una vez que las iniciamos.
La parte más importante de un nuevo hábito es iniciarlo. Se trata, pues, de tomar acción, de comenzar, ya habrá tiempo después para mejorar el desempeño.
¡¡¡¡¡Actúa, y deja que las cosas fluyan!!!!!
Charles John Huffam Dickens (Portsmouth, Inglaterra, 1812. Gads Hill Place, Inglaterra, 1870). Escritor inglés, uno de los más reconocidos de la literatura universal, y el más sobresaliente de la era victoriana.